El viernes por la tarde, Marina, la mamá de Paula Micallef, vino a contarnos un cuento sobre un osito que se perdió volando y acabo en la isla de los juguetes perdidos.
Pero él quería ir con el niño que lo había cogido. Sus amigos de la isla le ayudaron a hacer un medio de transporte que podía volar, ir por el agua y por la tierra, volaba y se movía con la imaginación y los pensamientos bonitos.
Decidió montarse y vivir la aventura. Un gatito le acompañó en el viaje para enseñarle a llegar a la tienda.
Por fin, llegó sano y salvo y pudo reunirse con sus amigos.
Luego hicimos un avión con goma eva. Solo vuela cuando usamos la imaginación y pensamos cosas bonitas.
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