Cuando la vimos llegar nos sorprendimos, nos contó porqué llevaba el traje y cómo se llamaban algunas prendas y tras enseñárnoslo, nos cantó la primera jota (que sonó de maravilla), y la segunda, y la tercera, y la cuarta... Vaya, que no paró, porque nos gustaban tanto que queríamos seguir escuchando, así que finalmente nos cantó una con su hijo Sergio y todos les aplaudimos una barbaridad, ¡lo hicieron genial!
Además, alguno que otro tarareaba, así que atención, atención a esos pequeños talentos.
Para finalizar que menos que enseñaros unas fotos del momento tan tradicional que nos hizo vivir Raquel, ¡gracias!